Mitos y verdades sobre el consumo de sal
¿Qué tan correcto es que las personas le pongan mucha sal a la comida antes de probarla? Los excesos siempre son malos, y para estar saludable es importante conocer más sobre este condimento. Por eso, hablemos sobre los mitos y verdades del consumo de sal.
Sin duda, es parte indispensable en las cocinas y restaurantes del mundo. Es uno de los condimentos básicos para darle sabor a la comida, pero más allá de eso, es necesaria para mantener el cuerpo en equilibrio, siempre y cuando no abusemos. El problema es que, a veces, se tienen ideas erróneas que vamos a desmentir.
Mitos y realidades del consumo de sal
El sodio y la sal son lo mismoNo. Confundirlos es un error frecuente. El sodio es un elemento de la sal, en alrededor de 40 %; el resto es cloro. Esto significa que nuestro condimento favorito no es la única manera de consumir sodio. Muchos alimentos lo contienen en altas cantidades, como la carne, los procesados, panes, aderezos, consomé en polvo, mariscos y quesos, entre otros. Conclusión: debemos tener cuidado con el exceso de sal, pero también con el abuso de estos alimentos.
No. La sal es la principal fuente de sodio proveniente de nuestra alimentación. Un elemento químico con funciones importantes en el organismo: controlar la cantidad de agua, mantener el pH de la sangre y la hidratación, regular los fluidos y ayudar a transmitir los impulsos nerviosos, etc. Sin embargo, el exceso puede provocar los efectos contrarios. Así que no creas que solo sirve para darle sabor a los platillos.
El exceso de sal es maloSí. La recomendación es bajarle al consumo de sal; en exceso puede provocar retención de líquidos, osteoporosis, aumentar el riesgo de sufrir hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares, problemas renales y más. La Organización Mundial de la Salud aconseja ingerir menos de cinco gramos de sal al día.
En exceso sí, pero elegir la mejor opción te ayudará a estar saludable. Existen varios tipos de sal:
- De mar. Se recomienda para cocinar y cuidar la salud; es natural y se obtiene de la evaporación del agua de mar. Su tamaño es más grande porque no está procesada.
- De mesa. También es sal marina, pero refinada. Por eso, su tamaño es pequeño y ya no es tan saludable, sobre todo si nos excedemos.
- Del himalaya. Se le conoce como “sal fósil” porque procede de una roca, y es pura con un característico color rosa, por su contenido de hierro.
- Negra. Debe su color al carbón activado que contiene, y tiene un sabor más intenso.
Cada tipo de sal tiene sus características, aunque las primeras son las que más se utilizan. Sea cual fuere tu decisión, lo importante es ser consciente de lo que ingieres, de las cantidades y de que el consumo de sal en exceso puede dañar la salud.